Artista valenciano nacido en 1962 ha visto como sus obras han ido abriéndose camino a lo largo y ancho del globo. Tras dejar su impronta en las tierras levantinas, en los últimos años sus trabajos han llegado a galerías de San Sebastián, Madrid, Florencia, Venecia, Chicago o Caracas.
Además de las paredes de las salas de exposiciones diversas revistas —NEO2, Vanidad, Zero, Art Teatral, Paper Gai…— han podido mostrar la obra gráfica de este artista contemporáneo. Especialmente interesado por el cuerpo humano masculino nos ofrece en estas páginas un relato sorprendente de un torero–banderillero–esquiador. Este artista transgresor parece con estos dibujos querer burlarse de los taurófilos: en un torero que aparece vestido de luces divirtiéndose en la nieve no parece quedar resquicio para el rito. Pero Alex Francés nos remite a la parte lúdica del rito, aquella en la que el torero–banderillero se desplaza zigzagueante por la plaza buscando un encuentro burlesco con el toro para, al final, quebrarlo y salir sonriente de la suerte. Puede que su visión sea producto de la imaginación, no obstante, si el toreo se hubiese inventado en Illinois (cosa del todo imposible) las plazas estarían cubiertas de nieve y se torearía con esquíes: ¿o es que los toros no son el mayor espectáculo imaginable?